martes, 11 de septiembre de 2012

Taller ZOOM-ARTE Mi percepción o la tuya...



Ver más allá de tus ojos es una experiencia fascinante.
Hay diferentes instrumentos que nos permiten hacerlo, la lupa binocular es uno de ellos y el microscopio es otro. La lupa permite ver objetos y cuerpos que sean opacos, es decir, que la luz no los atraviesa. Posee dos fuentes de luz,  una que ilumina de arriba y otra que ilumina desde abajo.
El microscopio nos ofrece la posibilidad de observar imágenes demasiado pequeñas para ver a simple vista, pero que además, por su espesor, pueden ser atravesada por la luz. Como es el caso de las células o de organismos unicelulares. Estas imágenes fueron captadas con máquina de fotos sencillas.

Un ejemplo de la experiencia vivida fue la propuesta de ZOOM-ARTE, realizada en la primera edición de los talleres, en la cual se generó un espacio de fusión entre la Biología y el Arte a través de un común denominador que es la “observación”.
Durante los días previos al evento, cuando se realizaba la venta de talleres, para que el alumnado se entere de las ofertas de los talleres, el argumento de la  promoción del taller fue, Ver más allá de tus ojos es una experiencia fascinante. Taller ZOOM-ARTE Mi percepción o la tuya...”
Los objetivos del taller fueron observar imágenes, de material fresco o no; registrarlos en fotografía digital, utilizando dispositivo móvil; resignificar las imágenes registradas utilizando alguna herramienta digital de fácil edición para generar una imagen novedosa.
Los elementos de trabajo para desarrollar las actividades, durante dos horas, estaban a cargo de los docentes y fueron las siguientes: lupa binocular, microscopios ópticos, instrumentos para montar preparados de material fresco, afiches, fibrones, netbooks, teléfonos celulares, cañón, microscopio-proyector en pared.
Los responsables de la propuesta: Prof. de Educación plástica, Florencia Barletta y Prof. de Biología, Graciela Catalá
El taller comenzó planteando que no todo es lo que parece, mostrando imágenes ampliadas (zoom in) a tal punto que los espectadores no podían identificar la realidad. Como un juego, en el cual los asistentes, debían adivinar de qué se trataba la imagen proyectada, aprovechamos para “romper el hielo”, ya que el grupo de 20  “no alumnos”, estaba conformado por jóvenes de entre 12 y 18 años (alumnos de 1° a 6° de la escuela tradicional), que habitualmente, comparten el espacio del recreo pero no el de aula. Así, empezaron a participar, tímidamente al principio, intentando darle nombre a lo que veían. A continuación, presentamos la misma imagen pero con zoom out/ alejada, para poder descubrirla lo que el autor nos ha querido mostrar. Repetimos este juego algunas veces, como para entusiasmar más al auditorio y generar ese clima que necesitábamos para poder trabajar, rozando al otro y que no generara sorpresas o vergüenzas.
A partir de allí empezamos manos a la obra, presentando las herramientas que usarían para observar el mundo en la próxima hora. La lupa de mano, su hermana mayor y más sofisticada que es la lupa binocular, y por supuesto el microscopio. No hubo mucho trabajo que hacer de allí en más ya que algunos instrumentos de observación son de uso intuitivo. En cuanto al uso del microscopio, los más avezados en su uso (profesora y  alumnos “expertos”) acompañamos con alguna explicación sencilla de manejo.
Entonces comenzó el primer momento, el de la observación de una serie de muestras escogidas previamente por los docentes a cargo del taller (células animales y vegetales /ala de un insecto/ el cuerpo de un  insecto completo/ azúcar/ sal/ etc). Para cada muestra a observar, los asistentes debían elegir cuál era el instrumento más adecuado para poder realizar la observación. Todos circulaban libremente por el espacio asignado al taller y elegía que observar. Al segundo momento de la propuesta, fueron llegando cada uno a su tiempo. La misma consistía en registrar la imagen observada, a través del ocular del instrumento de observación, usando su propio celular. Entonces, comenzó otra historia, ya que no todos tienen la misma tecnología y mucho menos el mismo “pulso”. Una vez más, el grupo se reorganizó en expertos y novatos (más allá de la edad). El tercer momento del taller no se hizo esperar. Las imágenes capturadas por sus ojos y dispositivos, fueron transferidas a la computadora, para hacer la intervención que quisieran para “resignificar” la imagen del mundo. Ese trabajo de edición, que por cuestiones de presupuesto de tiempo, fue un acercamiento a las aplicaciones disponibles, permitió generar nuevas y sorprendentes imágenes, dando fundamento a la propuesta del taller que fue nuestro argumento durante la venta de los mismos,  “Ver más allá de tus ojos...Mi percepción o la tuya...”
Durante dos horas que duró la propuesta, fueron, científicos y artistas. Hicieron fotografía digital de imágenes fascinantes. Hubo naturaleza, color, texturas, exclamaciones de sorpresa y de miedo a la realidad, que tan de cerca parece ficción, se inventaron historias a partir de la observación, y de la percepción. Se disparó la imaginación de manera inesperada.
Como evaluación de esta experiencia, destaco  logros personales y grupales. En cada momento del taller se pusieron en juego situaciones diversas como el aprender con el otro y del otro más allá de la edad. Superando el disenso y tomando decisiones por consenso. Dispusieron de los tiempos propios y del espacio común de manera tal que todos pudieron lograr las metas mínimas propuestas. Se conocieron. Nos conocieron. Los conocimos. Descubrieron habilidades que no sospechaban tener. Algunos se reencontraron con sabores de la infancia en la cual exploraban la naturaleza sin prejuicio y sin vergüenza a la boca abierta que ella les provoca. Otros descubrieron una vocación dormida.

Sin duda, para los que pensamos este taller y para quienes asistieron, fue el principio de otra historia.

Dejo a continuación la evidencia de lo vivido aquel día


No hay comentarios: